El concepto Biodinámica, más allá de ser una aproximación terapéutica es un principio fundamental de la expresión de la vida.
Hace referencia a la expresión del impulso de la vida que parte de la fuente que le da origen hasta su cristalización en la forma densa, en el mundo manifiesto.Esa fuerza Involutiva parte de un núcleo no manifiesto, unificado, hacia la periferia, hacia la recreación de las formas, en nuestro caso, cómo humanos hacia la encarnación.
Esta es una dinámica ineludible, somos la fuerza de vida que habita, que se convierte en un ser humano que en sí por su evolución remota está fuertemente condicionado.
Parece que nuestra primera tarea es “hacernos” con el instrumento, el organismo psíco-físico, incluso identificarnos con él, individualizarnos “totalmente”, estructurar un yo separado, el ego. Para finalmente trascenderlo en su vuelta al origen, a la fuente de la que partió.
Hablar del principio biodinámico implica acercarse al misterio insondable de la existencia, de hecho es aproximarnos al intento de definir esa fuerza invisible que la sostiene.
Pretender dar nombre al océano desde la visión de una diminuta gota imbuida en él solo se puede hacer en estados de conciencia expandidos en los que la gota de agua puede concebir que ella misma es el océano indiviso.
La metáfora nos puede ayudarEn muchas culturas indígenas la enfermedad y el sufrimiento humano son vistos como la consecuencia de apartarse de su relación dinámica con los ritmos de la naturaleza. El chamán está familiarizado con los ritmos del mundo natural, mientras que al mismo tiempo respeta los ritmos de la cultura humana, del poblado. Su función es ayudar a recobrar la sincronía perdida con la naturaleza.
Así, la Biodinámica es el apoyo terapéutico que facilita reconstruir ese puente, entre el organismo psicofísico y su naturaleza esencial.