La práctica de la biodinámica requiere de entrenamiento, no se puede acompañar a alguien en su proceso sin una preparación previa del terapeuta o facilitador.
Como he explicado en otros artículos la terapia Biodinámica es el apoyo a la fuerza de vida. Trata de facilitar la conexión entre la Fuente desde la que procede el impulso de vida hacia la materia, hasta la forma, en la que nos experimentamos como cuerpo físico.
Empiezo este escrito sin saber que decir, pero creo que es importante porque es una de las trabas que manifiesta mucha gente a la hora de hacer un trabajo personal profundo, y es el tema de la economía, de la supervivencia.
La confianza es uno de los atributos a desarrollar para el practicante de Biodinámica. Sin confianza, trabajando en la consulta y en línea con el modelo biodinámico podemos caer pasto de la ansiedad. Simplemente porque la idea de confianza que quizá tengamos entendida es la de confiar en el potencial personal, en lo que somos capaces de hacer, de lograr, de conseguir como individuos. Y, la confianza no está en función de las necesidades y los deseos del ego.
La separación original (ontogénica) se representa en mayor o menor escala en todos los acontecimientos de nuestra vida encarnada, pero hay grandes momentos de transito biológico donde los sentimientos que albergamos y que se derivan de la separación de la Unidad parecen ser más explícitos y tener más resonancias. En nuestra biografía como individuos estos son la concepción y el nacimiento.
Siento que la mejor, o única manera de comprender es la experiencia. Seguro que todos hemos tenido o tenemos la experiencia de que cuando algo cambia en mí, cuando trato a alguien de una determinada manera parece que se transforma, cuando soy amoroso, agradable con alguien, ese sentimiento me viene a mi de vuelta.
Sigo escribiendo sobre Biodinámica, con la inspiración de Un Curso de Milagros, que en esencia son lo mismo. La maestría con la que el Curso transmite su mensaje nos permite una mayor profundidad, mayor claridad y nos acompaña hacia el ineludible reconocimiento del Ser.
Hacia una revolución interior. Esta idea se gestó en la época hippie. Mientras había los que abogaban por cambios en la política y en el orden social, había quien proclamaba que la revolución viene desde dentro, que no se puede cambiar nada ahí afuera si realmente uno no ha sido revolucionario dentro de si mismo y se ha emancipado, de la “dictadura del ego”.
Este último año parece que un suceso como una pandemia ha tocado de pleno la totalidad de individuos que compartimos este mundo. Lo hemos pasado y lo estamos pasando mal, las personas que se han ido, todo lo que ha sido nuestro mundo conocido, nuestro sentido de vivir, nuestras expectativas, nuestras ilusiones, nuestras distracciones, han sido por momentos arrasadas.
Hace algún tiempo publiqué “La Integración” (ver), un artículo en el describía el proceso de fragmentación o disociación que se da entre la Fuente Una y la forma manifiesta, describiendo algunos principios de la sanación en Biodinámica, basados en la integración de las partes separadas, en la recuperación de los aspectos rechazados de si mismo.