El entrenamiento del terapeuta

El acompañamiento biodinámico

La práctica de la biodinámica requiere de entrenamiento, no se puede acompañar a alguien en su proceso sin una preparación previa del terapeuta o facilitador.

Se precisan una serie de habilidades que no pueden ser estudiadas y aplicadas, sino que se tienen que trabajar en uno mismo, y por ese motivo la biodinámica tiene un efecto sanador en el cliente, y también en el terapeuta.

Las habilidades de las que hablamos no son cualquier cosa, nombrando las fundamentales, que son las de estar presente y centrado, podemos ver que son cualidades que distamos mucho de experimentar en lo cotidiano.
Claro que dentro de estas expresiones podemos encontrar distintos niveles de interpretación y comprensión. Podemos preguntarnos que es exactamente estar presente, y si a esto respondemos que presencia es la manifestación de una mente libre de juicios y en paz, podemos ver que el trabajo es arduo.
Cuando tratamos de estar presentes puede que nos percatemos si no lo hemos hecho antes de que casi nunca lo estamos, y surge la pregunta, si no estoy presente ¿donde estoy?, y si observas, veras que tu atención está saltando de forma prácticamente ininterrumpida de un pensamiento a otro. Unos que aparentemente son deliberados, y otros, la mayoría, son automáticos, compulsivos. Ahí descubrimos la mente inercial con la que nos identificamos, condicionada por los sucesos del pasado, proyectando estos al futuro, la mente atrapada en lo que llamamos el “sistema de pensamiento del ego”.

A medida que vamos practicando la mente se va aquietando, hay menos turbulencias, pero estar presente requiere de propósito y constancia y, no podemos decir que hay un momento en el que ya está, ¡ya estoy entrenado!, es una práctica de por vida. Y si llega ese momento, pues uno estará presente y ya está. De hecho, lo que estamos tratando de adquirir es un estado natural de Ser, no una habilidad extraña.

Puede que al principio la practica de estar presente la limitemos a la consulta y al trabajo con los demás, pero mas pronto que tarde me percato de que la mente egoica o condicionada no es mi verdadera identidad, que estoy a merced de una mente automatizada que juzga y discierne en base al pasado, y a modo de procesador de datos fabrica mi presente y mi futuro, y quizá tome la decisión de que ese entrenamiento lo tengo que llevar a la vida cotidiana. Que no hacen falta clientes para encontrarse con conflictos por delante que precisan sanación. No tengo más que ver como fluctúan mis propios pensamientos y estados de ánimo.

Otras habilidades que el terapeuta biodinámico tiene que adquirir para establecer un “campo relacional” adecuado, que será la base del acompañamiento terapéutico son: la empatía, una actitud compasiva, la confianza, una escucha sin juicio.
Estas habilidades no pueden ser aprendidas, ni tampoco están separadas unas de otras, son cualidades esenciales que surgen de manera natural cuando se está presente.
No se puede intentar ser compasivo ni empático, ni siquiera escuchar sin juicio, a no ser que te sitúes ahí, en la presencia.

Si estoy presente es que “me he hecho a un lado”, el yo condicionado con el que me identifico ya no está ahí, y lo que se manifiesta son las cualidades esenciales del Ser.
De hecho, se puede decir que hay solo una habilidad, estar presente, y el resto viene a por añadidura.

Tratando de curar a los otros quizá podamos darnos cuenta de que a quien queremos sanar es nosotros mismos.
Cuando uno empieza a ver que el individuo que creo ser está tan absolutamente condicionado por las creencias, la cultura, la educación, los traumas del pasado remoto, y me doy cuenta de que el mundo que veo es una proyección de esto, no me queda otra que “tomarme como cliente”.

Esta toma de conciencia demanda un cambio en mi percepción de las cosas, desde la interpretación que proviene de la mente condicionada, a otra forma de estar en el mundo que vamos descubriendo con la práctica. Es un deshacer lo que dábamos por hecho, deshacer la visión del mundo basada en automatismos y verlo desde la mente que no sabe nada de lo aprendido, desvelando progresivamente la realidad.

Estas prácticas se pueden convertir en lo mas importante de la vida. Cuando descubres que estas dormido y que todas tus relaciones y acciones están teñidas por juicios e impulsos inconscientes no puedes dar marcha atrás. Sientes que algo hay que hacer para no seguir viviendo de esa manera.

Vivir una vida plena es vivirla despierto, desde la presencia.

Rafael Martiz

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