Una sesión de biodinámica
Apoyando la vida
Como he explicado en otros artículos la terapia Biodinámica es el apoyo a la fuerza de vida. Trata de facilitar la conexión entre la Fuente desde la que procede el impulso de vida hacia la materia, hasta la forma, en la que nos experimentamos como cuerpo físico.
La sesión puede tener distintas aproximaciones en distintos momentos del proceso, se pueden experimentar diferentes niveles de profundidad, y también la experiencia puede ser muy variada, dependiendo de la persona que acude a la sesión, del terapeuta y del tipo de relación terapéutica que se establece.
Lo que escribo aquí es una comprensión de lo que he podido llegar a experimentar personalmente, tanto ejerciendo como terapeuta, como de cliente.
En el inicio de la sesión, y puede que, durante las primeras sesiones, se tiene que afianzar la relación, asentar el campo o establecer el contenedor terapéutico. Son diferentes formas de nombrar esa parte imprescindible que es la de establecer una relación segura, de confianza y apoyadora para que la terapia se pueda dar.
Depende del nivel de estrés o activación del sistema nervioso que se manifieste en el momento, el organismo y los conflictos en la mente tardarán más o menos tiempo en apaciguarse. En ocasiones pueden que haya descargas en forma de temblores, expresión emocional, etc. tensiones contenidas que durante el proceso se van liberando.
Todo esto se apoya y se acompaña desde el más absoluto respeto y neutralidad por parte del terapeuta.
Una vez procesada la capa mas superficial de las tensiones o conflictos, el organismo puede pasar a un estado en el que se “descomprime”, se suelta, su nivel de alerta y sus defensas ceden. Dada la relación de confianza establecida, el cuerpo físico se abandona, el cliente no siente que tenga que protegerse de nada, está en un contenedor seguro.
En ese estado puede haber actividad mental, frecuentemente se visualizan multitud de imágenes inconexas que pasan rápidamente y que no absorben la atención. Este es otro drenaje que se da en el campo mental.
Esta narrativa de la dinámica de una sesión es muy genérica. Cada persona es un mundo y en cada proceso intervienen tantas variables que no se puede hacer en absoluto una descripción lineal. Este relato inicial me sirve para explicar a dónde quiero ir a parar, que para mí es lo mas interesante que tiene esta aproximación terapéutica, si entendemos como terapia el soltar las capas de miedo, de conflicto y de preocupación que nos mantienen apegados a un yo condicionado.
Como decía al comienzo, la práctica de la biodinámica construye el puente entre el yo condicionado (ego) enfocado en la supervivencia y el Yo esencial, la identidad espiritual (real), que somos.
En ese transito, y llegados al momento de la descompresión estamos entrando en contacto con el cuerpo energético. Este, que es quien somos en otro nivel, está siempre ahí, es la matriz sobre la que se construye y se sostiene el cuerpo físico más denso.
No es que el cuerpo físico se haya descomprimido, sino que el yo que somos se experimenta mas allá del confinamiento de los límites de un cuerpo.
Ese estado es sanador porque el cuerpo denso fraccionado pasa a permearse, a ablandar las fronteras con el cuerpo energético y conectar más directamente con la Inteligencia inherente de la vida expresándose mas plenamente en el organismo.
La biodinámica, en su virtud de aproximación a la naturaleza del Ser, de la Fuente, favorece la curación de los males del cuerpo, ya que estos tienen relación con la disociación que se genera entre el espíritu y la materia. Pero ya sabemos que la materia es efímera y perecedera, y la aportación más sublime que nos ofrece la biodinámica es la conexión con la naturaleza esencial que somos.
Hay quien opta por la biodinámica como una práctica de desarrollo espiritual, y así es.
Una vez descomprimidos, y habiendo pasado por ese estado de cuerpo energético sobreviene una fase de, yo la llamaría disgregación, ahí, por momentos se han perdido las fronteras corporales, las energéticas y la identidad personal. Puedes alcanzar ese estado en el que no sabes “quien” eres, tampoco te lo preguntas, ya sabes, es esa presencia transpersonal que podemos alcanzar en estados meditativos. Esa presencia en la que no somos nada y lo somos todo.
Son instantes de un aquietamiento profundo que frecuentemente se experimentan a la vez y en resonancia con el terapeuta.
Son estados, de los que posteriormente vuelves al cuerpo trayéndote algo de lo que ha sido la experiencia, y eso que te traes se expresa como cualidades esenciales, como una profunda paz, obtenida por la vivencia de la ausencia de fricción.
En general, su práctica te proporciona mayor presencia, una mente más pacífica, más equilibrada y amorosa. Y esto tendrá su equivalente en el sistema nervioso que se verá reflejado en los procesos fisiológicos y equilibrio orgánico.
La práctica de la biodinámica te va llevando gradualmente al núcleo del Ser que eres.
Y a encontrar el amor, la paz, la alegría y la felicidad que tanto has buscado fuera.
Esto es así tanto para el cliente como para el terapeuta.
Rafael Martiz
2 COMENTARIOS
Vaya Rafa, realmente inspirado. Real como la vida misma. Gracias
Gracias por leerlo Francesc!!